LA INFRAESTRUCTURA, LA BASE DE UN PROJECTO DE TELETRABAJO

 

Infraestructura tecnológica.

 

En la medida en que la información ha de ser procesada y transmitida a distintos entornos, el teletrabajo necesita una infraestructura tecnológica para su correcto funcionamiento. Su grado de complejidad dependerá de diversos factores (complejidad de la tarea, compatibilidad de equipos entre interlocutores, coste, urgencia, precisión y seguridad, confidencialidad...). Para determinar la utilidad práctica de un determinado equipamiento se deberán estudiar con claridad las necesidades asociadas a las actividades a realizar dentro de la tarea y las prestaciones de las posibles aplicaciones o servicios que ofrecen los instrumentos que se piensan incorporar como herramienta de trabajo.

La infraestructura tecnológica es una de las claves para el éxito del teletrabajo. Así, para determinar qué servicios se adaptan mejor a los requerimientos específicos, habrá que seguir las siguientes fases de análisis:

  • Equipos:
  • Plataforma hardware: ordenador, elementos de comunicación y edición, incluyendo aquí también el equipamiento portátil.
  • Plataforma software: sistema operativo, aplicaciones estándar y aplicaciones a medida.
  • Plataforma de red: infraestructura de red a la que se tiene acceso (telefónica, Internet, RDSI...).
 

  • Identificación de las tareas de comunicación en una actividad:
Si se agrupan estas tareas en función de los factores instrumentales que se utilizan en su desempeño obtendremos.
    • Entre las tareas que utilizan factores hardware se encuentran:
    • Intercomunicación de documentos, archivos, mensajes y notificaciones (ordenadores, fax, modems, correo electrónico...).
    • Comunicación oral y visual (teléfono, busca, vídeo...).
    • Entre las tareas que utilizan factores software se encuentran:
    • Gestión de la distribución de documentos.
    • Acceso a datos remotos.
    • Comunicación multimedia.
    • Coordinación de agendas.
    • Retroalimentación de la información.
Todas las tareas mencionadas utilizan como soporte la infraestructura de red.

  • Determinación de interlocutores:
Este requerimiento es importante básicamente porque las aplicaciones elegidas deben ser compatibles con el equipamiento de aquellos con los que se va a intercambiar la información.

  • Impacto del equipamiento en la modalidad de teletrabajo:
La elección de las soluciones técnicas tendrá una gran influencia desde el punto de vista de la utilidad y los costes en función de que se trate de trabajo a domicilio, telecentros o trabajo móvil.

  • Características geográficas:
La ubicación geográfica marca la rentabilidad económica de una red de servicios, pues depende directamente de la frecuencia y duración en su utilización y de la distancia entre las partes.
 
En definitiva, la tecnología es el motor de la innovación y del cambio cultural. Por eso requiere el establecimiento de toda una red de servicios de apoyo para el buen funcionamiento de la actividad. En concreto se hace referencia a los siguientes temas:
    • Asistencia técnica: mantenimiento de la red tecnológica.
    • Servicio de apoyo profesional: modernización y formación continua.
    • Sistema de reporte: sistema que involucre al teletrabajador en la actividad de su organización.
    • Servicios generales: asistencia técnica, protección contra incendios, etcétera; es decir, todos aquellos servicios de los que gozan los trabajadores de la central.
    • Gastos corrientes: acuerdo entre las partes sobre quién soportará los costes de funcionamiento y gastos generales.
 

Por otra parte, el hecho de trabajar con información sobre redes telemáticas hace que las empresas trabajen sobre la base de la mutua confianza, para evitar problemas en cuanto a confidencialidad y propiedad intelectual.

Crear la infraestructura adecuada puede suponer inversiones de capital importantes, si bien esto no es necesariamente así en todos los casos, dándose las situaciones en que una pequeña inversión redunda en un gran incremento del valor añadido.

Un esfuerzo adecuado al principio es un aval sólido que garantiza el éxito del programa de teletrabajo. La implantación adecuada del teletrabajo en una organización llevará a mejoras globales en productividad, activación de sinergias ocultas, reducción en costes, mejoras en la calidad del trabajo, y una serie de ventajas añadidas que en cualquier caso serán positivas si el proceso ha sido llevado a cabo de una manera racional y correcta.

Cuánto cuesta ?.

Como hemos visto las necesidades de todos los teletrabajadores no son las mismas. Depende de la actividad que desarrollen y de sus posibilidades. Por ello el precio de un equipo de trabajo es muy variable. También influye la calidad y el grado de sofisticación de los distintos componentes.

  • Sistema básico: El sistema más básico es el de enviar el trabajo a través de

un mensajero o por correo, sólo se necesitará una línea telefónica y un PC con un programa básico, que se puede encontrar en el mercado de segunda mano por 60.000 pesetas y nuevo por 150.000 pesetas. Si precisa de un fax puede comprarlo por 44.000 pesetas (utiliza papel fotosensible). El mercado ofrece impresoras de chorro de tinta a color por cerca de 30.000 pesetas.

Pero si lo que precisa el teletrabajador es tener comunicación directa con una o varias empresas, necesitará para su PC un programa de comunicaciones (algunos son gratis), y un módem que se encarga de trasladar el trabajo y lo conectara con el centro de destino. Conviene que la velocidad del módem no sea inferior a 28.800 baudios/sg, aunque los hay más potentes, por un precio de menos de 20.000 pesetas.

También existe otra posibilidad, que es la de conectarse a la Red Digital de Servicios Integrados (RDSI) de Telefónica, por la que podrá enviar y recibir, mediante un terminal telefónico conectado a un ordenador, voz, datos, texto e imagen a través de una misma línea. El acceso básico a este servicio cuesta 37.840 pesetas como cuota inicial y una mensualidad de 6.300 pesetas.

Otra posibilidad es la de adherirse a la red Internet, que además de ofrecer la opción del correo (en este caso electrónico) con otros usuarios, sirve también para conectarse con la empresa de una manera más rápida y asequible que el fax. Por una cuota mensual de 4.000 pesetas, algunas empresas facilitan acceso sin limitaciones. El precio de la llamada, aunque se comunique con el extranjero, es la tarifa urbana, gracias a la reciente puesta en marcha del sistema de Infovía.

En definitiva, por 60.000 pesetas se puede instalar una oficina básica, que en casos más sofisticados, con módem y conectados a Internet, se pueden elevar hasta las 200.000 pesetas.

Costes de los componentes para el teletrabajador
 
Nuevo
Usado
Pesetas
Ecus
Pesetas
Ecus
Ordenador
150.000
898,2
60.000
360,0
Modem
20.000
120,0
--
--
Fax
44.000
263,5
--
--
Impresora
30.000
180,0
--
--

Fuente: Elaboración propia.

Costes de las conexiones para el teletrabajador
 
Alta
Mensualidad
Pesetas
Ecus
Pesetas
Ecus
Internet
--
--
4.000
24,0
RDSI
37.840
226,7
6.300
37,7

Fuente: Elaboración propia

Infraestructura legal

Las velocidades a las que en la actualidad se suceden los cambios en el entorno suponen importantes dificultades para adaptarse a la legislación, a las distintas situaciones que se suceden, prácticamente sin solución de continuidad.

Es evidente que el vacío legal referente a este tema no imposibilita la implantación del teletrabajo; no obstante, sí lo puede condicionar en sus posibilidades de desarrollo, así como conducir a la aparición de conflictos a distintos niveles:

  • En un primer nivel, y dado que la figura del teletrabajador no está como tal contemplada en la legislación, la relación laboral teletrabajador-empresa no está sujeta a ningún tipo de condicionamientos.

  • En un segundo nivel, es muy probable la aparición de conflictos en tomo a la información en distintos aspectos, como su tratamiento, su transmisión, su propiedad intelectual o su confidencialidad.

  • Un tercer nivel está relacionado con los derechos sindicales entorno a la comunicación con los teletrabajadores.

  • Un cuarto nivel se refiere a la dificultad de llegar a acuerdos marco, ya que cualquier norma se vería desbordada por la casuística.

Fiscalidad.


Existen dos posibilidades de cara a la fiscalidad de los teletrabajadores.

  1. En el caso de que el teletrabajador siga como empleado de la empresa, sus obligaciones serán las mismas que las de cualquier otro trabajador.
  2. Si el nuevo teletrabajador no forma parte de la plantilla de la empresa sería conveniente realizar un contrato mercantil con ella.

Para ello deberá darse de alta como autónomo, pasando a ser un profesional independiente. Deberá pagar -dependiendo de sus circunstancias- alrededor de 30.000 pesetas mensuales por Seguridad Social. (Hay algunas Empresas de Trabajo Temporal que ofrecen que en el caso de que el teletrabajador sólo trabaje a tiempo parcial tenga la posibilidad de prorratear el pago por este concepto, con un coste de unas 7.000 pesetas al mes).

También tendrá que acudir a Hacienda y darse de alta en el Impuesto de Actividades Económicas (I.A.E.). Este trámite es gratuito, pero deberá pagar cada ejercicio, según la actividad, entre 40.000 y 140.000 pesetas al año. También deberá darse de alta en el censo del IVA. Cada tres meses deberá presentar una declaración de IVA y en algunos casos realizar un pago fraccionado a cuenta del Impuesto sobre la renta de las Personas Físicas (IRPF). Por esto último pagará, en el régimen general, un 20% sobre la diferencia entre los ingresos de su actividad y sus gastos.

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